Yo quiero vivir tranquilo, tener tiempo libre y que la empresa sea rentable
Son más de 200 las ocasiones en las que he escuchado esta a frase a muchos Directivos y Empresarios.
Yo también soy de las que lo quiere todo, sin embargo, para llegar a este estado tendremos que haber tomado grandes decisiones.
Decisiones acertadas, y en la mayoría de las ocasiones decisiones incorrectas.
Como dice Peter Drucker, «Donde hay una empresa de éxito, es porque una vez una persona tomó una decisión valiente».
La gran mayoría de los directivos pensamos en coseguir cosas grandes. Éxitos, crecimiento empresarial, crecimiento personal… Sin embargo, lo que marca diferencias es saber que unos lo han logrado y otros no.
La clave es creer que se puede poseer esa esperanza, ese el el primer paso para alcanzar nuestros objetivos.
Hay dos tipos de conversaciones:
1. Creencias Limitantes
«Eso es muy difícil, donde voy yo que tengo una pequeña empresa…»
Con este tipo de conversaciones internas, está claro que no conseguiré nada.
¿Cuantos habéis escuchado en vuestro entorno?
- «Ten cuidado, que eso solo les ocurre a los que tienen suerte, y tu no la tienes»
- «Con las cosas del comer no se juega»
- «Tu inténtalo, pero que sepas que no va a funcionar»…
En fin, son tantos los prejuicios o creencias limitantes que hay a nuestro alrededor, que en algunas ocasiones, nos las podemos llegar a creer.
2. Creencias Empoderadoras
Otra opción es crear conversaciones internas empoderadoras.
- «Yo si quiero»
- «Lo voy a hacer»
- «Todo por ganar, nada que perder»
Cuando tu le hablas así al cerebro, este actúa en positivo, si le hablas en negativo, que sepas que el interpreta la literalidad de lo que piensas y te dices.
Tomar decisiones implica decidir lo que vas a ser, quien eres y quién quieres ser, donde te quieres ver y por supuestos, qué vas a hacer para alzanzar tus objetivos.
«Los resultados se obtienen al explotar las oportunidades, no al resolver los problemas» Peter Drucker
Cuando se crea su visión y la compartes en público, uno automáticamente se compromete con ella y empiezan a ocurrir causalidades maravillosas. El mundo se confabula para que todo suceda.
Como herramientas os recomiendo:
Hacer un ejercicio de visualización de cara a 3-5 años
- Quien eres dentro de 3 – 5 años,
- Qué tuviste que aprender en esos años,
- Qué dejaste en el camino que era un lastre para tí,
- Qué te dió energía.
La primera vez que hice este ejercicio conmigo misma declaré (de esto hace ya 10 años) que iba a subir grandes montañas. Hoy día practico el alpinismo de alta montaña y una visión declarado es llegar a hacer un 7.000 pronto. Son dos los intentos, dos los aprendizajes, y presiento que pronto llegará. Como dice el refrán, «A la tercera va la vencida». Mi visión la voy rehaciendo y por qué no, cambiando cada año. Es uno, y sólo uno el que decide lo que quiere ser.
Practica el noble arte de «La ignorancia».
No tenemos porqué saber hacerlo todo. No somos superman o superwoman.
Cuando trabajo con el sector sanitario, siempre les digo, céntrate en lo que te gusta hacer, en lo que eres bueno y te aporta rentabilidad. Si como director quieres saber de marketing, finanzas, gestionar las Redes Sociales, Crear tu marca personal y abandonamos lo realmente importante, es probable que nos desviaremos de nuestra visión.
La clave es rodearte de un equipo polivalente que te aporte conocimiento, ideas, motivación.
Busca la pertenencia a grupos que te aporten. Contrata a los mejores contigo. Olvida tu ego y verás como automáticamente las decisiones que antes te costaban ahora fluyen de otra forma.
«No soy producto de mis circunstancias, soy producto de mis decisiones». Steven Covey
By Eva Barranco Coach
